lunes, 11 de octubre de 2021
Muchas veces al enfrentarme a la terrible hoja en blanco para escribir la columna, no tengo temas de derecho y deporte que comentar. Hoy es uno de esos días, lo que ha venido ocurriendo ya se comentó y al menos de momento no se ven conflictos o temas nuevos, por lo que hay que hablar de temas algo cercanos a lo que generalmente escribo.
La llegada de Radamel Falcao García a el Rayo Vallecano sirvió para encontrar algunos equipos que son anti-establecimiento, o al menos van en contra de la corriente de la tendencia mercantilista a ultranza de la mayoría de los equipos actuales con contratos multimillonarios por cualquier cosa.
Como no, el “Rayito” es el equipo de izquierda y republicano de la España no separatista. Se trata de un equipo cuyo estadio está en uno de los barrios más tradicionales y obreros de la capital. Como el fútbol es de contrastes desde el año 2004 hasta el 2011 el nombre del estadio era el Teresa Ribero, en homenaje a la presidenta y esposa del antiguo dueño, José María Ruiz-Mateos un acérrimo del Opus Dei situación impensable precisamente para esta institución.
Dos equipos más, seguramente habrá otros, con estas características son el Saint Pauli de Alemania y el Livorno de Italia. El San Pauli, equipo de Hamburgo, donde está el mucho más famoso Hamburgo SV, campeón de la copa de campeones de Europa en el año 83, es un club contracultural, de izquierda, muy identificado con sus orígenes y el lugar de su estadio, puerto y una de las zonas de tolerancia mas importantes de Europa; su bandera y su escudo no podrán ser mas originales, una calavera con dos tibias, la típica bandera pirata de cualquier historieta.
El club es manejado conforme a sus principios ideológicos y es gestionado de acuerdo con varios principios aceptados y aprobados por la asamblea general de socios entre los que se encuentra el reconocimiento y cumplimiento de los derechos humanos, el respeto a la hinchada rival, unas reglas muy cuidadosas para escoger los patrocinadores y como no, el respeto al medio ambiente.
En Italia está el ASL Livorno, con seguidores comunistas hasta los tuétanos muchos en sus momentos afiliados al hoy extinto partido comunista italiano, quienes no tienen problema alguno en enfrentarse a los golpes con los seguidores mucho más numerosos de los equipos del norte que celebran el cumpleaños del Stalin e hicieron un homenaje a la muerte de Hugo Chaves.
Cantan canciones partisanas de la segunda guerra mundial y su principal estrella fue Cristiano Lucarelli, sindicalista, hijo de estibador y afiliado al partido comunista, que rechazó contratos importantes por jugar en su equipo del alma.
En Sudamérica es más fácil encontrar jugadores de izquierda que equipos. El primero que se me viene a la cabeza es César Luis Menotti técnico del campeón mundial de 1978 afiliado al partido comunista argentino que dirigió a la selección en los momentos de la más tenebrosa dictadura. No podemos olvidar al grandísimo Sócrates, médico y uno de los mejores futbolistas del mundial de 1982 en España que toda su vida, aún bajo dictadura militar manifestó sus ideas de contrarias a la dictadura.
Otro gran jugador del sur que desafió las dictaduras de las décadas de los 70 y 80 fue el chileno Carlos Caszely que en la ceremonia en la que el gobierno chileno presidido por Augusto Pinochet se despedía de la selección que jugaría el mundial de Alemania, Caszelly le negó saludó al presidente de facto. En Europa también hay grandes jugadores de izquierda, Paul Breitner, y Erik Cantoná entre otros.