¿A dónde llevarán al deporte los multimillonarios contratos que dan a sus atletas?
Específicamente ahora se hablará del béisbol, pero…
Será una locura cuando, en el año 2025, los Padres de San Diego se sienten a negociar el nuevo convenio con Juan Soto, la superestrella recién llegada de la Costa Este. Los Nacionales de Washington le ofrecieron un megaconvenio de 440 millones por 15 años.
Los deportes se están encareciendo a niveles que nadie sospecharía, pero son los contratos estratosféricos los que propician todo eso. Ni con los grandes acuerdos con las firmas comerciales se logra parar el ascenso de los costos para ir a un espectáculo deportivo.
Recientemente se hizo público cuánto cuesta ir a un partido de béisbol en familia promedio: el estadio que tiene las entradas más baratas es el de los Diamantes de Arizona, con 22.12 dólares. Los Medias Rojas de Boston tienen su localidad más barata en 61.57 dólares, encabezando este renglón incluso sobre los Yanquis.
En fútbol, ver al Real Madrid para esta temporada de la Liga de España costará, en la localidad más accesible, 85 euros, llegando a encontrarse localidades de hasta 400 euros en sitios oficiales.
Y todo eso, por los salarios de los deportistas.
Pero los equipos están convirtiéndose en presa de los peloteros y sus agentes y los rehenes siguientes son sus aficionados.
Hoy en día, todo mundo voltea a los Yanquis por la gran temporada que están teniendo, de forma especial por la consolidación de Aaron Judge como figura central, no solo del equipo, sino como eje del show de la Major League Baseball.
Judge encabeza el departamento rey del béisbol, el de jonrones, con una proyección que podría llevarle a ser el primer yanqui en superar la barrera de los 61 jonrones desde la mítica temporada de Roger Maris en 1961 (cuando rompió la marca lengendaria de Babe Ruth).
El caso de Judge es especial, distinto al de los recientes superastros: “El Juez” no es un jovencito como Fernando Tatis Jr., Soto, Vladimir Guerrero, por mencionar a algunos. Se hizo estrella ya siendo mayor y hoy, con 30 años, está en el cenit de su carrera. Acaba de ganarle a los Yanquis una pulsada clave en su futuro, pues acordaron un contrato de 19.5 millones de dólares para evitar el arbitraje, en el que pedía 21 millones y el equipo le ofrecía 18.
Pero Aaron, en el receso, no aceptó una oferta de siete años por 213 millones de dólares. Se arriesgó a pelear esta campaña para buscar un contrato grande en la siguiente y ahora, con la temporada explosiva que lleva (hasta ayer: 43 jonrones, 93 producidas, 11 bases robadas y .300 de porcentaje), hacen pensar que los Yanquis tendrán que doblar las manos a la hora de negociar. Se dice que “El Juez” quiere al menos un convenio de siete años y 300 millones, que le convertirían en el primer pelotero con salario de ese calibre (superior a 40, entre los peloteros de cuadro y día a día).
Los Yanquis han dicho que esperarán pacientemente. Judge también tendrá que esperar, pero con mucha cautela, pues no es un novato.
Lo dicho: los equipos están en apuros a la hora de sentarse a negociar. Por ello abundan los jugadores clave, de grandes contratos. Los Padres serán el equipo a seguir en este rubro.
Tienen en sus filas a Manny Machado, con salario de 30 millones, y a Tatis Jr., con otro igual. Cuando hagan la negociación con Soto, ¿a cuánto llegarán? A Soto los expertos lo señalan como candidato a ser el primero que llegue a los 500 millones de dólares. Cuando los Padres negocien con él, entonces solamente en tres peloteros tendrán una nómina global de mil millones (300 por Machado, 340 por Tatis y, digamos, 400 de Soto, al menos).
Para este año, los Mets de Nueva York, que desbarataron previsiones al firmar peloteros con lucrativos acuerdos, tienen a tres peloteros entre los 10 mejor pagados. El primero es Max Scherzer, un lanzador veterano (38 años) que está devengando 43.333 millones por esta temporada. Si nos vamos a sus promedios, puede tener una temporada de 30 aperturas, y ganaría 1.44 millones por cada salida a la loma. También tienen firmado a otro as de la loma, Jacob deGroom, por 36 millones, y al torpedero boricua Francisco Lindor, por 34.100 millones. La nueva administración ofreció campeonato y abrió la chequera.
Y, se ha visto, no todo es garantía de rendimientos ni durabilidad. Los Angelinos de Los Ángeles, famosos por sus grandes contratos, tienen a Mike Trout como el jugador regular mejor pagado de la historia, con un salario de 37.16 millones para este año, y le dieron a Anthony Rendón un acuerdo de siete años y 245 millones, después de ayudar a los Nacionales a ganar la Serie Mundial en 2019 (en 2022 su salario es de 36.75 millones. Pero en 2020 y 2021 las lesiones mermaron considerablemente sus actuaciones, de allí que ya estén viéndolo como un fracaso.
Ah, y los Angelinos tienen una bomba en las manos: ¿qué harán con el contrato del polivalente Shogei Ohtani, el japonés que batea y pitchea como no se veía desde los años de Babe Ruth?
El salario promedio para este año en las Ligas Mayores es de 3.2 millones de dólares. El salario mínimo, en cambio, quieren tenerlo los peloteros en 725 mil dólares, y los dueños quieren establecerlo en 700 mil.
Si nos vamos a las conversiones, el dólar estaba a 20.43 pesos mexicanos. El que menos, ganará este año 14.3 millones de pesos mexicanos, y para ir a un partido, el boleto más “bara” para nuestra moneda será de 431 pesos.
Y si la escalada salarial a alta gama mantiene su constante, esto parece que se descontrolará más, sin garantizar campeonatos— Gaspar Silveira Malaver