En las últimas tres décadas, Combiomed aportó al sistema nacional de Salud más de 35 000 equipos y dispositivos médicos producidos por sus trabajadores. Foto: Cortesía de Combiomed

Disponer de un colectivo de ingenieros y técnicos de alta calificación, comprometido y dotado de una admirable capacidad innovadora, ha sido la clave de los aportes de la Empresa Combiomed Tecnología Médica Digital, en el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba.

Su participación en la recuperación de alrededor de un centenar de ventiladores pulmonares de medianas y altas prestaciones importados, que se encontraban inactivos por roturas o los años de explotación, así como la producción y entrega de monitores para seguir el comportamiento de los diferentes signos vitales de los pacientes, bombas de infusión, oxímetros y desfibriladores, contribuyó desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, a mantener la vitalidad de las Salas de Cuidados Intermedios y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) del país.

El ingeniero y máster en Ciencias Arlem Fernández Sigler, director general de la entidad, perteneciente al grupo empresarial BioCubaFarma, precisó a Granma que en la actualidad  el 100 % de las instituciones  hospitalarias con pacientes de la COVID-19 disponen en sus respectivas terapias de los equipos médicos fabricados en Combiomed; incluso, subrayó, en algunas de ellas representan la totalidad de la tecnología disponible.

«A partir de la aparición de la enfermedad causada por el SARS-COV-2, hemos entregado al Sistema Nacional de Salud 564 monitores de pacientes

Doctus VIII para la vigilancia de parámetros fisiológicos, 154 desfibriladores cardíacos cardiodef 2, 5 310 esfigmomanómetros digitales Hipermax Bf, 624 oxímetros de pulso Oxy ae y 390 Oxy FT y 140 Kits kit-aps para la atención a enfermos y sospechosos de la COVID-19».

Igualmente, resaltó el ingeniero Fernández Sigler, la empresa garantizó los servicios de asistencia técnica a los equipos nuestros emplazados dentro y fuera de la zona roja, así como para la atención al resto de los pacientes enfermos en todo el territorio nacional, a través del personal técnico radicado en sus tres filiales,  las de Occidente, Centro y Oriente.

Según indicó el Director General de Combiomed, durante los últimos meses vienen trabajando en el desarrollo de un ventilador pulmonar de altas prestaciones que, por su importancia como equipo de soporte vital, está llamado a convertirse en el producto líder de la empresa, lugar ocupado hasta ahora por el monitor de signos vitales Doctus VIII.

«Lograr un ventilador pulmonar de primer nivel concebido, diseñado y producido en el país, constituye una notable contribución a la política del Estado de sustituir importaciones (su costo en el mercado internacional ronda los 25 000 dólares),  y lograr soberanía científica y tecnológica. Cubre también una imperiosa necesidad del Sistema Nacional de Salud».

Fernández Sigler  aseveró que el proyecto innovador se encuentra actualmente en etapa de prototipo. Una vez demostrada la seguridad y eficacia de este ventilador pulmonar y sea registrado por el Centro para el Control de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), Combiomed estará en condiciones de entregar las 25 primeras unidades, y de pasar luego a la producción industrial a gran escala.

 

DE LA PRIMERA COMPUTADORA A LOS EQUIPOS MÉDICOS

La Empresa Combiomed Tecnología Médica Digital tiene su origen en abril de 1969 cuando, a partir de una idea concebida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, es conformado un grupo de investigación integrado por especialistas de la Universidad de La Habana y profesores y alumnos de la entonces Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Facultad  de Tecnología de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (Cujae), para desarrollar la primera computadora cubana.

Tan solo un año después, en abril de 1970, el audaz proyecto se hace realidad con la fabricación del prototipo de la denominada CID 201, verdadero hito en el desarrollo científico y tecnológico impulsado por la máxima dirección del país.

Luego de comprobarse su efectividad, fueron concebidos nuevos modelos nombrados CID 201 A y CID 201 B, de los cuales en el transcurso de los años 1971-1979  pudieron fabricarse más de cien equipos.

Con la experiencia de aquella integración de especialidades y de trabajo en ciclo cerrado (concepción de la idea –investigación–desarrollo–producción), surge el Centro de Investigaciones Digitales (CID), más tarde Instituto Central de Investigación Digital (ICID).

Hasta mediados de los años 80 del pasado siglo, su actividad fundamental estuvo centrada en el diseño, desarrollo, producción y comercialización de minicomputadoras, microcomputadoras y video-terminales, que se aplicaron en Cuba en diferentes sectores, como en la industria azucarera, planificación económica, la enseñanza y en centros de investigación.

En el caso específico de la línea de videoterminales, llegaron a comercializarse en la entonces Unión Soviética y en otros países del campo socialista europeo, lo cual representó la primera exportación masiva de equipos de producción en serie efectuada por la incipiente industria electrónica nacional.

Por indicación de la máxima dirección del Gobierno, en la segunda mitad de la referida década el ICID reorienta su actividad fundamental hacia el campo de la tecnología médica y en 1989 sale de sus instalaciones la producción del primer lote de equipos médicos.

Señaló el ingeniero Fernández Sigler que, durante más de 30 años, el hoy nombrado Combiomed Tecnología Médica Digital introdujo más de 35 000 equipos y dispositivos médicos en los hospitales y policlínicos de toda Cuba, mientras exportó otras cantidades a países de Latinoamérica, el Caribe y África.

La inmensa mayoría está vinculada a cinco líneas principales que son diagnóstico y rehabilitación cardiovascular, la monitorización de pacientes y el soporte de vida, estimulación eléctrica y la rehabilitación física, el diagnóstico de enfermedades respiratorias crónicas y la atención primaria de salud, puntualizó.

«Figuran, entre ellos, ocho generaciones de electrocardiógrafos para pruebas de reposo, incluidos la familia de equipos Cardiocid T50/S100/D200A, introducidos en la última década; el electrocardiógrafo Cardiocid bb que, con más de 3 000 unidades entregadas desde 2001, permitió revitalizar los servicios de cardiología a nivel nacional; las tres generaciones de sistemas de registro electrocardiográfico ambulatorio o pruebas de Holter y dos de sistemas de pruebas electrocardiográficas en condiciones de esfuerzo físico, además de desfibriladores, esfigmomanómetros digitales y equipos de monitorización ambulatoria de presión arterial y de monitorización electrocardiográfica por telemetría».

De acuerdo con lo enunciado por el Director General de Combiomed, el costo de haber desarrollado toda esta tecnología propia ha sido aproximadamente la tercera parte de lo que el país habría erogado en divisas si las hubiera importado.

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